Ocio nocturno

Sexo en discotecas ¿por qué es tan morboso?

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El sexo sigue siendo visto por muchos como un tabú, a pesar de que, por fortuna, las cosas empiezan a cambiar poco a poco, y la gente ya no es tan cerrada como antes. La naturalidad en las relaciones sexuales debería darse ya hoy por hoy como algo normal, y no seguir estigmatizando algo que, en realidad, solo proporciona placer y satisfacción, siempre de forma consensuada por supuesto. El sexo es mucho más que un instinto de reproducción, y en las últimas décadas la liberación sexual nos ha permitido darle una importancia diferente a la que tenía hasta ahora. Con los métodos anticonceptivos como avance más importante, el sexo ya no es algo tan dramático y determinante como antes. Puede ser pura diversión de una noche, o una forma de conseguir una relación más larga, pero  ya depende de nosotros.

El clásico “aquí te pillo, aquí te mato”, tan habitual en nuestros días, se lleva practicando desde siempre, solo que ahora hay algo más de libertad para hablar de ello, y no se señala tanto a quien lo lleva a cabo. Hay más apertura de mente, y ya no es necesario pasar siempre por el complejo proceso de la seducción y el interés, quedar varias veces antes de encontrarse en la cama. Si ambas personas se desean y lo tienen claro, ¿por qué no disfrutar del momento y dejarse llevar, incluso cuando acaban de conocerse? Puede ocurrir en cualquier lugar, pero en muchas ocasiones son las discotecas los sitios en donde este tipo de encuentros calientes se llevan a cabo, al ser lugares donde es más habitual acudir a ligar. Hay parejas que, al poco de conocerse, dejan que su pasión se vierta por el lugar y acaban haciéndolo allí mismo, buscando un lugar discreto, eso sí, para compartir ese vicio que llevan dentro.

¿Es tan común como se cree?

El sexo en las discotecas es todo un clásico, ya que estos lugares son perfectos para conocer a alguien que nos atrae y disfrutar de un rato de placer, sin mayor preocupación que esa, sin expectativas de llevar esa relación más allá, simplemente dejándonos llevar por el vicio. Es algo bastante común y no son pocos los que han practicado sexo en las dependencias de una discoteca, en el baño, en un reservado o en la zona cercana, al amparo de la oscuridad, para que nadie les moleste. Esos polvos rápidos y salvajes suelen ser muy fogosos, y son justo lo que los jóvenes con ganas de experimentar andan buscando para saciar sus ansias de placer. Se deben dar ciertos factores para que todo salga bien, por supuesto, porque es habitual pero no todo el mundo está dispuesto a dejarse llevar en un sitio así.

Sexo en discotecas con desconocidos

Y es que al fin y al cabo, las personas con las que se suele disfrutar del sexo en una discoteca, de esa manera “precipitada”, son desconocidos, gente a la que acabamos de conocer tal vez hace media hora, o como mucho, esa misma noche. El alcohol suele darnos alas y al final, esto no se convierte en ningún impedimento para poder desarrollar nuestras fantasías y vicios más intensos, pero es verdad que uno debe saber muy bien lo que está haciendo, sobre todo a la hora de protegerse. No debemos dejar que el deseo se lleve por delante nuestra propia seguridad, y siempre hemos de exigir la protección necesaria para que el encuentro sea seguro. Salvando este punto, el hecho de hacerlo con desconocidos es algo que suele generar muchas fantasías, mucho deseo, en ciertas personas, que lo ven como una oportunidad única de romper con la monotonía y dejarse llevar.

El primer acercamiento

Todo suele empezar con un primer acercamiento a esa persona que nos ha llamado la atención. Tal vez la hayamos visto bailar y hayamos recibido todo el impacto de esa fuerza sensual, o simplemente la hayamos conocido en la barra, a la hora de pedir algo, y nos hayamos fijado en su belleza, en su cuerpo… El primer acercamiento suele ser decisivo, porque tal vez nosotros vamos con una intención, pero esa persona puede que no tenga la misma que nosotros. Aun así, la seguridad en uno mismo es imprescindible para poder convencerla de que se deje llevar. No conviene ir a saco desde el primer momento, pero sí demostrar que estamos preparados para que la noche pase al siguiente nivel allí mismo, sin importarnos demasiado el no conocer tan profundamente a esa otra persona. Encontrar a alguien con quien conectar, que tenga nuestra misma visión del placer, suele ser la mejor alternativa.

Dónde tener sexo en una discoteca

Si el primer acercamiento sale bien y tú ya has mostrado tu intención de disfrutar de un poco de placer esa misma noche, la cosa puede ir fluyendo hasta que los dos os dejéis llevar por completo, buscando el primer lugar accesible para vuestro encuentro. Hacerlo en la propia discoteca suele añadir un punto más de morbo al asunto, y es algo que seguramente muchos se pensarían, pero con el alcohol corriendo por sus venas, el deseo se hace mucho más presente. Los baños suelen ser el sitio más habitual para tener este tipo de encuentros, ya que hay cierta intimidad, aunque el espacio no sea muy grande. Ese encuentro será como una erupción, como una explosión de placer y vicio. Nos dará igual dónde estamos o con quien, solo queremos disfrutar del momento y hacerlo de la manera más intensa posible.

Consejos para disfrutar de esta experiencia

Dejarse llevar será siempre el mejor consejo que podemos ofrecer en este tipo de encuentros, siempre y cuando hayamos tomado las medidas de seguridad adecuadas. El uso de la protección en forma de preservativo siempre debe ir por delante, no solo para evitar posibles embarazos no deseados, sino también para prevenirnos de enfermedades de transmisión sexual, que pueden ser un problema bastante grave. Tener conexión con esa persona con la que estemos también debe ser algo imprescindible, porque no se trata solo de hacerlo con el primero que pase, sino de sentir al m enos que esa otra persona está en la misma onda que nosotros, de pasar un rato divertido, atrevido y diferente. No te preocupes demasiado por si te pueden ver u oír, siempre que estés en un sitio algo discreto, porque al final este tipo de cosas pasan todos los fines de semana, y no son tan raras.

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